domingo, 30 de septiembre de 2018

Cubamafimbeando (II)




Por: Ramón Torres
Volvemos a nuestra cita mensual “Cubamafimbeando” para tomarle el pulso a nuestro blog, para comentar sobre nuestras satisfacciones y ligerezas, para decirles a nuestros lectores que una vez más, estamos aquí.
Según el mito abakuá, cuando el sacerdote primigenio Nasakó vigilaba su empaka (prenda) y descubrió que el Pez sagrado Tanze vagaba por el río Oddán entre anamafimba y fimba (entre las profundidades del agua y la superficie), dicen que exclamó: “¡Mafimba!”, y el vocablo quedó en el recuerdo, y cruzó el Atlántico, y sirvió para marcar el justo medio entre las cosas.
Cubamafimba viene representando, desde el primer día, ese equilibrio: ni mucho ni poco, sino lo necesario. Y trata de contribuir, en la medida de lo posible, con la exigencia mestiza de nuestra nación.
Imposible es ya parar, porque nacionales y extranjeros buscan su origen. Y Cubamafimba emergió como el espacio de búsqueda y diálogo que se propuso. Y porque la humanidad toda tiene su semilla en África, donde los restos fósiles demuestran la aparición de nuestro Adán cromosómico, Cubamafimba no cree en “razas” ni en puntos, cree en el hombre que del hombre es hermano (independientemente de su origen y color de piel), porque la humanidad es mezcla y lo confirma nuestra estructura de ADN.
Ese equilibrio a mitad del camino que encontró Nasakó continúa animando a Cubamafimba. La suerte está echada.

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