miércoles, 26 de octubre de 2022

Reinas negras: Del Dahomey a Hollywood

Por : Pascale Riou 

 

 Estatua de la mujer agodjié, de 30 metros de altura, del artista escultor chino Li Xiangqun (1961)

Desde el 30 de julio 2022, frente al palacio presidencial de Cotonou, capital del Benín, se yergue orgullosa una guerrera de bronce dorado, cuyo brillo se refleja en el hollywoodiano filme The woman king, de la cineasta afroamericana Gina Prince-Bytherwood.

La película une a dos continentes cuyas sangres se mezclaron por la fuerza de los tiempos coloniales, y homenajea a unas excepcionales féminas africanas caídas en el olvido: las Agodjiés o Amazonas del Benín.

Tanto el actual presidente beninés  Patrice Talón, como el ministro de turismo, cultura y artes Jean-Michel Abimbola, subrayan que se trata de una oda a la mujer beninesa de ayer y hoy. Pero…, hagamos un poco de historia:

Hacia 1910, el soldado Silberman narraba en sus recuerdos de guerra los inacabables ataques que un cerrado grupo de mujeres  lanzó contra las tropas coloniales para  impedirles la entrada en el reino del Dahomey: el empeño, la determinación y audacia de aquellas asombraba incluso a los más curtidos europeos, versados en el combate cuerpo a cuerpo.


Las Agodjiés o Amazonas del Benín, un ejército de mujeres aguerridas

Sin embargo, la superioridad armamentista se hizo patente, por lo que estas africanas tuvieron que ceder dolorosamente ante el empuje de los cañones y ametralladoras francesas. El 6 de octubre 1892 quedó vencido y devastado el noble y aguerrido ejército de las Agodjiés, un contingente femenino activo desde 1708.

Ocurrió que, tras la muerte del rey dahomeyano Houessou Akaba, monarca de un pequeño país con acceso al mar, donde vivía el pueblo fon, le correspondió heredar el trono su pariente más cercano, mas en esta ocasión  resultó ser una hermana gemela: un cambio radical y sorprendente para la acostumbrada dinastía patriarcal. Así llegó al poder Tassi Hangbé.

La muy moderna y ya feminista soberana decidió, entonces, rodearse de muchachas reclutadas entre las esclavas que se dedicaron a todas las tareas y oficios tradicionalmente masculinos: lo mismo la caza, que la ganadería, alfarería e incluso la guardia real.

Luego, los reyes que sucedieron a Hangbé mantuvieron y reforzaron esta costumbre, hasta formar un venerado ejército femenino que nadie podía igualar: las Agodjiés (el ejército del rey Guesó —1818-1858—  llegó a contabilizar 5000 guerreras), quienes vivían cerca del gobernante en el palacio, y cualquier intento de seducción masculina acababa con la ejecución del intruso.

Aquellas damas protegieron su territorio, defendieron la ruta de los esclavos de  Abomey a Ouidah donde  los  intercambiaban por armas y otras mercancías, atacaron tribus enemigas para debilitarlas  y lucharon en tiempos del rey Béhanzin contra los colonizadores. Bajo el mandato de Guesó funcionaron como espías, tanto en el campo de los enemigos africanos como en el de  los invasores europeos, aprovechándose de la ingenuidad patriarcal, ajena a la idea de que las mujeres pudieran dedicarse a tales funciones.

Hoy en día, en Benín, donde radicó el antiguo reino de Dahomey, existe una pequeña comunidad de “princesas” con su “reina” elegida, cual representación honorífica de  Tassi Hangbé, la única monarca que tuvo el país. Así mismo, la palabra “agodjiés” alude a madres solteras o mujeres que asumen actividades habitualmente reservadas a los hombres. Son pequeños pasos de reivindicación femenina en el territorio.

El filme The woman king pretende una revisita al pasado, pero contextualizado en el presente, y de acuerdo con la cineasta beninesa Cornélia Glèlè, directora del casting, espera que tal vez dentro de algunos años el gobierno de su país  tenga las condiciones y los recursos para invertir en una superproducción cinematográfica  al estilo de la norteamericana que hoy las visibiliza.

 

 El filme The woman king pretende una revisita al pasado, pero contextualizado en el presente

Las  escenas épicas  en las cuales se lucen de manera espectacular las actrices    alternan con espacios más intimistas y personales, formando así un conjunto  llamativo, impresionante y seductor; pero, por sobre todas las cosas, el guion de Dana Steves es una historia de mujeres emancipadas y dotadas de gigantesca solidez, desprendidas del poderío masculino y capaces  de vencer sus propios miedos.

Este  himno a la fuerza y posibilidades de las féminas también entraña  la  reivindicación racial y  la  reapropiación histórico-cultural  africana como necesaria corrección a la  desvalorizante mirada  occidental. En The woman king, las personas africanas son  bellas y orgullosas, sus tradiciones, creencias y costumbres son ancestrales y fuertes,  sus técnicas guerreras son potentes, sus idiomas son vivos y ricos.

Con The woman king se devuelve a la piel negra el respeto tantas veces manchado y pisoteado.