jueves, 25 de noviembre de 2021

Presentan libro sobre nuevas dinámicas religiosas en la Cuba actual

 Por: Ramón Torres

 

La religiosidad popular en Cuba se ha mantenido lo suficientemente estable como para denotar su identidad en un país que clasifica por su variedad, al tiempo que se mueve dialécticamente.

Es lo que demuestra el libro Nuevas dinámicas en el campo religioso cubano en los primeros tres lustros del Siglo XXI, en una compilación de textos de investigadores pertenecientes al Departamento de Estudios Sociorreligiosos (Desr) del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (Cips), presentado este 25 de noviembre en la sede de la institución.

 

 

Ileana Hodge y Yunier de la Rúa, directora del Cips y Jefe del Desr, respectivamente

Cuba es una isla diversa culturalmente, receptora de múltiples oleadas que han impactado sus costumbres, tradiciones y en especial su riquísimo espectro religioso sin que pondere un credo sobre otro ni que afecte la unidad nacional, propia y diferenciada de otras naciones incluso de la región.

Todo lo anterior es un secreto a voces, pero para avalar tales postulados se precisa de un cuerpo teórico-conceptual que no solo exponga la distribución y el comportamiento del campo que se objetiva, sino que lo explique desde presupuestos científicos en correspondencia con los más avanzados descubrimientos de la actualidad.

Esa es una de las fortalezas que ha primado en el Cips y específicamente su Desr, demostrado a lo largo de cuatro décadas de investigaciones, por lo que este libro llega cual continuidad de un sostenido trabajo para contribuir al entendimiento de uno de los elementos más importantes del comportamiento social: la religión.

 

 

En el patio del Cips, de izq. a der., los doctores Maximiliano Trujillo, Vivian Sabater, Ileana Hodge, Yoana Hernández y Ramón Torres

Valoraciones que emanan del análisis histórico-contextual entre 2000 y 2015, el trazado del Cristianismo en sus más diversas variedades, las manifestaciones de matriz africana, el Espiritismo y otras expresiones religiosas incluso más novedosas en el patio, así como aspectos estructurales-organizativos, ámbito doctrinal y proyecciones en el espacio social validan los diferentes discursos más allá de la liturgia, y se engarzan en los diálogos interreligiosos y con el Estado mismo.

La obra viene a cubrir, entonces, un vacío necesario en tiempos de cambios, y se inserta en una dinámica más allá de lo nacional, lo cual demuestra una vez más que la condición de Isla no significa vivir aislado si se le entiende como parte de un globo que se interconecta y dialoga con credos y tradiciones hacia un Sociedad Civil en el plano de lo interno, y hacia un lenguaje universal en virtud de lazos que se establecen con el exterior.