domingo, 4 de abril de 2021

Voces silenciadas

Por: Ramón Torres

El 4 de abril de 1968 Martin Luther King Jr. (segundo de der. a izq.) fue ultimado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee)


Ha sido una constante: cada vez que no les gusta una Voz, la silencian de la peor manera. Y cuando lo hacen, no importa si la persona tiene una alta magistratura en el país o es un simple ciudadano: sencillamente parecen obedecer a un mandato superior: “O te callas, o te callo”.

Le sucedió a Abraham Lincoln, el primer presidente estadounidense por el Partido Republicano. Su mayor error: otorgar la libertad a los negros esclavizados en áreas bajo la autoridad de la Confederación. Eso le costó terminar con un balazo en la cabeza que le propinó un simpatizante del sur esclavista durante una representación teatral el 15 de abril de 1865.

Algo similar ocurrió con otro mandatario, John F. Kennedy, quien prometió poner fin a la discriminación racial. Su simpatía hacia “el color púrpura” le granjeó varios impactos de bala en la calle mientras realizaba una visita política al estado de Texas en 1963.

Pero con los negros la virulencia adquiría pespuntes más oscuros todavía en el autoproclamado “país más democrático” del mundo.

Malcolm X, un ministro religioso y defensor de los derechos afroamericanos confesaba frecuentemente sentir la amenaza de muerte en cualquier momento. ¿Los motivos? Acusaciones a los estadounidenses blancos de múltiples crímenes contra sus compatriotas negros. Sus detractores lo acusaron de predicar el racismo y la violencia, lo cual sirvió para orquestar su muerte.

Después de varias intimidaciones e intentos fallidos, en febrero de 1865 Malcolm resultó abatido antes de dar un discurso en Nueva York. Por tal motivo, Martin Luther King Jr., otro luchador negro estadounidense, le escribía a la esposa de este:

“Aunque no siempre coincidimos en los métodos para resolver los problemas de la raza, siempre tuve un profundo afecto por Malcolm y considero que tenía una gran habilidad para poner el dedo sobre la existencia y la raíz del problema. Fue un elocuente portavoz de su punto de vista y nadie puede dudar honestamente de que Malcolm tuvo una gran preocupación por los problemas a los que nos enfrentamos como raza”.

No importaba que las estrategias de Luther fueran diferentes a las de Malcolm: los dos defendían la reivindicación del negro en un país que se empeñaba en negarla. Aunque el primero prefirió una actividad contra la segregación y la discriminación racial a través de medios no violentos que le confirieron el Premio Nobel de la Paz en 1964, el 4 de abril de 1968 fue ultimado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). No se trataba, entonces, del “cómo”, sino de “qué” pedían. Y eso de ser iguales no estaba en los planes de la cúpula blanca estadounidense.

El sistema estaba tan carcomido por el virus segregacionista, que ni siquiera en la actualidad ha logrado recuperarse del todo. Existen todavía espacios “solo para blancos”, a los cuales ni siquiera siendo el presidente del país se puede acceder.

De cualquier manera, el asesinado de King en abril del 68 generó una campaña por un feriado federal en su honor, cuya ley fue firmada en 1983 y se observó por primera vez el 20 de enero de 1986. Aunque algunos estados se resistieron, el año 2000 la celebraron oficialmente los cincuenta estados de la unión. Las voces silenciadas empezaban a encontrar una ligera resonancia. Pero todavía el negro sigue estando siendo menos que el blanco en “el país de las posibilidades”.

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