viernes, 16 de abril de 2021

Abakuá: a propósito de las redes

Por: Ramón Torres

Fotos: Cortesía Museo de Guanabacoa
Cuadro "Iniciación abakuá". Museo de Guanabacoa

Impelido por el artículo firmado por Manuel Carballal titulado “Abakuá, culto maldito”, y que circuló hace algunos años por las páginas de Mundomisterioso.com, además de otros textos que asaltan las redes en tiempos de auge “comunicativo” quisiera reflexionar.

Es cierto que según reza un viejo adagio popular “para ser hombre no hay que ser abakuá, pero para ser abakuá hay que ser hombre”.

O sea, la entidad solo admite a quienes cuenten con una hombría demostrada. Para ello, el endísime o aspirante deberá pasar un tiempo de investigación antes de incorporarse al grupo, porque ninguna mujer ni afeminado tendrá acceso a los secretos. Tampoco los cobardes, pues como afirmara la estudiosa cubana Lydia Cabrera “Ser hombre tiene una connotación especial. Ser hombre, ser chévere, gira en torno a la actitud de espíritu heroico. Ser chévere significa ser ‘echao palante’, impulsivo, jactancioso. Ser hombre es no ser amujerado. Ser hombre es no ser delator a las autoridades judiciales.”

Una vez que el aspirante ha pasado satisfactoriamente las pruebas de iniciación, se convierte en un ekobio o monina, es decir, un hermano en la religión, con la cual contrae ciertas obligaciones morales y materiales.

Inserto en una organización solidaria, el ekobio tendrá que pagar cuotas y colectas en bien de la institución, que velará por la ayuda a familiares de la membresía en caso de enfermedad o muerte. Dentro de la entidad, también se verá sujeto el obonékue (iniciado) al cumplimiento estricto del código abakuá: ha de ser buen amigo, buen hijo y hombre respetuoso. Sin embargo, las críticas externas y a veces el mal comportamiento de algunos miembros (lo cual sucede en todos los grupos humanos, solo que en unos casos más que en otros) ha generado un aura de desinformación y estereotipos que nada tienen que ver con la esencia abakuá.

Prejuicios

El ñañiguismo ha sido víctima de la incomprensión que suelen traer los desposeídos. Como cita Carballal, en 1876, cuando el gobierno colonial desata una sórdida persecución contra estas corporaciones, queda la primera constancia de su represión:

“Esta sociedad en la cual nada se encuentra escrito, debió tener origen en algunos negros cimarrones, de los que en dicha raza nacen holgazanes y se crían acogiendo las más perversas ideas. Así es que para hacer prosélitos inventaron groseras pantomimas horrorosas, envueltas en supersticiosas ceremonias de beber humeante sangre humana mezclada con la de un gallo acabado de degollar, prometiendo en dichos juramentos asesinar a su propia madre cuando el bien de la congregación lo exija […] El ñáñigo al presentarse en el lugar del sacrificio jura vendado beber la sangre del que no sea su hermano siempre que se lo ordene su jefe, y para probar su valor ese día tiene que asestar por la espalda una o dos heridas al primer blanco que encuentre descuidado […].”

Esto es comprensible si se tiene en cuenta la propaganda contra el ñañiguismo, una asociación que se manifestaba contra la esclavitud, y cuyos integrantes eran predominantemente negros.

Lydia Cabrera, refiriéndose a las tergiversaciones y estereotipos con los cuales han cargado los ñáñigos, deja plasmado casi 80 años después:

“Cierto que entre nosotros un complejo de mestizaje difícil de dominar o los prejuicios de una mentalidad todavía provinciana y mal informada, lejos de estimular el interés de posibles investigadores, lo desvían como algo vergonzoso”.

Todavía en pleno proceso revolucionario se emitían juicios marcadamente desfavorables en torno a los abakuá:

“Más del 90% de los jóvenes que han acogido la secta, poseen antecedentes penales o son buscados por las autoridades. Estos son quienes resuelven los problemas ‘de a hombre’ y buscan la ocasión para tener ‘historia’ (hechos de sangre) y después ‘jurarse’. Porque mientras no pisan el ‘talero’ (cárcel) no se consideran hombres ‘ranqueados’ (probados)”.

Sin embargo, las modificaciones del Partido Comunista de Cuba a principios de los ´90, y su disposición de asimilar religiosos en su seno, se traduce en pujante reivindicación para la fraternidad abakuá y así debía de ser, pues, unas veces perseguidos, otras ignorados, los ñáñigos forman parte de la historia y la identidad cubana.

De vuelta a las redes
Íreme

No queda claro de dónde sacó el articulista Carballal (para volver al asunto de las redes) la información de que éstos negros huían de sus plantaciones para convertirse en cimarrones, cuando el ñañiguismo es un fenómeno urbano y exclusivo de las regiones portuarias de La Habana, Matanzas y Cárdenas.

Desconoce a su vez Carballal que no fue en 1855, sino en 1857 que juraron los primeros blancos en abakuá, pero además, tuvieron que esperar hasta 1863 para que constituyeran su tierra, conocida como Akanarán Efó Okobio Mucarará (Madre Efó de Hermanos Blancos) y que según las propias fuentes españolas muchos pertenecieron a ilustres familias, jóvenes de la Acera del Lovre que gustaban del ñáñigo.

Peca al mismo tiempo cuando involucra a ciertos extranjeros medio mafiosos que nunca aclara dónde se juraron, porque tendrían que venir a Cuba para hacerlo y, que sepamos, solo ha ocurrido esta excepción grupal con unos puertorriqueños que jamás han podido llevar el abakuá a su país, porque esta entidad no funciona fuera de Cuba. ¿Cómo Rosa, una trinitaria, al centro de la Isla pudo ver escondida un ceremonial abakuá, cuando hasta esa región no se ha extendido la asociación? ¿Será que estuvo en La Habana, Matanzas o Cárdenas o tiene una prodigiosa imaginación?

Por demás el ritual abakuá se efectúa en dos escenarios simultáneamente, uno público, en el isaroko o terreno de la hermandad —posiblemente lo que vio Rosa, confiando en que sea veraz y para lo cual no tendría necesidad de esconderse tras ningún arbusto, sino participar de la fiesta como lo puede hacer cualquiera— y otro privado, en el fambá, como lo hacen otras expresiones religiosas de matriz africana en Cuba.

De los atributos sagrados, solo el Fundamento permanece oculto, es decir, que exagera el autor del artículo, pues los tambores de la orquesta, los íremes, los itones o bastones de mando, todo puede ser visto por el público no iniciado, lo cual evidencia cuánta superficialidad hay en los criterios, aún cuando se lo haya informado alguien con anhelos protagónicos.

Afortunadamente, muchos de aquellos esquemas van quedando en el pasado y la Sociedad Abakuá ha superado los márgenes de La Habana profunda para llevar la Voz del cubano a los más recónditos rincones de la Isla Grande.

Esa es la imagen que los abakuá quieren perpetuar: la de hombres correctos, laboriosos y no habladores de más. Por eso hoy, cuando algunas personas aprovechan las redes sociales para distorsionar el fenómeno, hay que tener claro que los criterios personales son solo eso, aunque a veces sean vertidos incluso por miembros de la institución.

Por eso no se le puede dar crédito a todo cuanto se lee, escucha o ve, especialmente en tiempos que tanto auge cobran las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y por el mal uso con frecuencia se les destina: abakuá no está en contra del desarrollo, pero no se presta para juicios  ni campañas mediáticas que lejos de beneficiarla, la desfavorezca como institución religiosa; que cuando ha tenido que dar la cara, lo ha hecho de frente y sin ambages.

Abakuá ha sido una asociación temeraria, pero no atemorizante, porque sencillamente ha permanecido, a lo largo de su historia, humana e independiente. Pueden sus miembros armar grupos en las redes, adscribirse a páginas digitales, crear sus propias plataformas, pero siempre será a título personal. Ninguna de aquellas opiniones, de dentro o de afuera, tiene la validez legal ni jurídica para erigirse en la Voz de la hermandad. Al menos sin el consenso de la institución. Ni siquiera esta página que, desde “Cubamafimba” trata de visibilizar y posicionar aspectos culturales de la hermandad.

8 comentarios:

  1. Amigo mío , como siempre muy interesante y enriquecedor tu reflexión! Te acuerdas que te hablé de los conceptos de construcción /de- construcción , aquí pues presentas un ejemplo de "construcción " con la representación errónea y tendenciosa que hizo Carballall de la hermandad abakuá, tal vez por ignorancia, o por miedo o por anhelos difamatorios( comportamientos que por supuesto se pueden encontrar hoy en día con la facilidad regalada por la mundial e inmediata comunicación por internet). Utilizando una "realidad" la pinta y la tuerce con toques personales e inventados para construir otra "realidad" que , por corresponder a su imaginación, a sus fantasmas , a su manera de concebir el mundo y a otros muchos deseos o debilidades humanas , y sobre todo creo, por ser más y muy fácil de acceso , tiene la capacidad y ...el poder ...de convencer a algunas o a muchas mentes , más que la propia "realidad" , y les convence aún más particularmente si se necesita conocimiento , reflexión e interés verdadero y sincero para abarcar la realidad primera. . Y lo que haces tú ( de manera rotunda)es pues de-construir un ejemplo de "construcción" de una imagen violenta y peligrosa que hizo aquel articulista . La de-construcción de un imaginario totalmente ...construido ( generalmente de manera negativa) resulta a veces muy difícil cuando se trata de temas tan hondos y complejos como los referentes a lo religioso o a lo político . Y se termina aquí mi modesto comentario ! Un saludo de Pascale !

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    1. No por elogiar el texto "deconstructor" va mi respuesta, sino por la justeza de tus argumentos. Esa manera descolonial hemos de asumirla como portadores culturales, y también como otredad subalterna que representa un poder diferente, solo que desde la horizontalidad. Tu mirada aguda es de las que obligan a no quedarse en las ramas y apuntar, cada vez más, hacia las raíces recónditas, que perforan donde pisamos. Muchas gracias

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    1. Gracias a ti, hermana, por estar ahí, y por seguir sin cansarte con la antorcha encendida. Tú eres de las que más me inspiran.

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    1. Gracias, chama. Me alegra que te haya gustado. Seguiremos aportando, de acuerdo con las circunstancias, sin defectos pero sin excesos. Abrazongo

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  4. Muy buena aclaración y profundidad del tema

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    1. Es una pena no saber a quién le respondo, pero lo importante es el diálogo. Agradezco, de cualquier modo, esa deferencia y que te haya gustado el texto. Espero que en la próxima te identifiques para hacerlo más personal. Abrazos

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