viernes, 10 de diciembre de 2021

La Sociedad Abakuá y sus mecanismos de supervivencia

Por: Ramón Torres/ Fotos: Cortesía del pintor Hugo Curet

Se sabe que la hermandad Abakuá surgió como respuesta a los desmanes esclavistas de una Cuba colonial y que los padrinos africanos les hicieron jurar a sus descendientes negros la admisión de personas blancas, e incluso mestizos. Sin embargo, poco duró la normativa, pues pronto fueron permitidos los últimos como descendientes de los negros, y en 1857 se incorporan los primeros blancos a la fraternidad.

El año de 1876 se declaró prohibido el culto, bajo pretexto de atribuírsele toda serie de crímenes y comportamientos antisociales, algo común en la época cuando se culpaba a los negros del mal vivir y su accionar era silenciado, aunque sectores como los muelles, la construcción, los servicios domésticos, sastres, albañiles, peineteros, músicos, barberos, parteras, maestros primarios, se desempeñó una numerosa población negra de esclavos y libertos, para nada perjudicial.

No por gusto el objetivo fundamental de la Guerra de los 10 años (1868-1878) estuvo centrado en la lucha por la “Libertad, igualdad y fraternidad”, pero sobre todo “la igualdad”.

La Sociedad Abakuá no era ajena a los acontecimientos sociales que se sucedían en la Cuba esclavista, y la propia dinámica contextual la colocó en el “ojo del huracán”. En ello influyó la composición de sus integrantes (gente humilde en su inmensa mayoría), los valores que preconizaban (valentía, discreción y la búsqueda de un espacio negado, en contraposición con la religión oficial), todo ello, unido a otros factores de orden económico, político y social que dio al traste con la esclavitud, en 1886.

Podemos afirmar que la contribución mayor de Abakuá durante la época colonial cubana está dada por su inclusión por vía religiosa de un grupo de actores sociales, hombres de diferentes fenotipos y pertenencias ocupacionales que buscaban de una u otra forma un fin común contra del régimen esclavista.

Lydia Cabrera recoge testimonios vivos de antiguos iniciados que sustentan nuestra tesis:

“Piense, sobre todo, que entonces había esclavos… ¿De qué modo un orupá, un esclavo, y aunque el negro fuese libre, era un hombre de condición inferior, podía llegar a ser munane hermano de un blanco? Entonces un blanco sucio, por ser blanco, era superior a un erenó, a un negro (…). Únicamente por la religión (…). El abakuá blanco tendría que considerar a un abakuá negro como a un hermano”.

A partir de la relación del conocimiento con lo sobrenatural estableció abakuá un vínculo de hermandad más allá de aquellos lazos consanguíneos que pudieron conducir a la materialización de acciones heroicas o patrióticas.

¿Qué factores influyeron para que continuara siendo funcional esta práctica durante la etapa republicana, cuando supuestamente había desaparecido la causa que le dio origen?

El período que discurre entre 1902 y 1958 está marcado la frustración debido a limitaciones de la nueva República y la influyente cercanía de los Estados Unidos. Con ello quedaba trunco el axioma martiano “con todos y para el bien de todos”.

En 1901 se había redactado por los cubanos una Constitución para Cuba que, sin embargo, no tuvo muy en cuenta la experiencia de las constituciones en armas y sí el sistema republicano liberal, a manera y semejanza de Norteamerica. No obstante, se enaltece para la época el sentimiento de lo NACIONAL y la especial contribución del negro a la cultura cubana, tanto como el blanco o el chino.

En el orden político legamos a la posteridad páginas antológicas de concertación como la Constitución de 1940, procesos electorales democráticos como el de 1944 y corrientes de pensamiento modernizadoras … Pero en reiteradas ocasiones gravitó sobre nuestros destinos el fantasma de la corrupción, el cuadillismo, la intolerancia, los fraudes, los golpes militares y las ambiciones mezquinas.

Mientras el catolicismo tradicional heredado de la colonia y el protestantismo apabullante venido del Norte continúan estimulando la desigualdad, las religiones consideradas populares ejercen su influencia más a la solución de problemas cotidianos de la inmensa mayoría de actores en su contexto

La Sociedad Abakuá ha de entenderse como un proceso asociativo en constante adecuación y hemos de considerar su actividad como verdaderos gremios laborales en el puerto, el matadero o las tabaquerías, por citar ejemplos, y muchos de sus líderes religiosos se convirtieron en paradigmas comunitarios, cuya relación con el entorno les permitió preservarlo e incluso mejorarlo.

Tras el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 se abren las puertas de la participación a múltiples sectores que hasta entonces habían permanecido ignorados. Pero esos moderados pasos pronto se estancan y, hacia 1967, el Registro Provincial de Asociaciones de La Habana decide prohibir las iniciaciones de nuevos miembros abakuá.

Aunque la Constitución de la República de 1976 defendía la libertad de culto, en la práctica toda creencia o manifestación religiosa empezó a considerarse un rezago del pasado “en vías de desaparición”.

El llamado Período Especial en tiempos de Paz contribuyó a que se resematizaran y refuncionalizaran conceptos relativos al tema religioso. De ahí que el IV Congreso del PCC, efectuado en 1991, se pronunciara contra cualquier tipo de discriminación y acordara suprimir la restricción a la militancia por motivos de fe religiosa, tras lo cual salen de la “clandestinidad” manifestaciones cubanas de origen africano sometidas a una secular represión y silenciamiento.

Ello constituyó un gran salto, pues el acercamiento de las investigaciones científicas respecto a la religión, durante muchos años de Revolución incluso, tomaron generalmente derroteros folkloristas, con matices devaluadores  y consideraciones minimizantes.

Es precisamente en los últimos 15 o 20 años cuando mejor se aprecia la relación sociedad-tecnología-conocimiento en tanto fenómeno estudiado: la sociedad que genera y es generada.

¿Por qué subsiste entonces Abakuá, luego de que –supuestamente– había desaparecido su objetivo inicial? Por su funcionalidad como agente social y de cambio, y como fuente de conocimiento. Por su conexión espacio sagrado-espacio público, capaces de generar espacios de discusión aún no “oficiales” ni legitimados desde el “poder”. Por el proceso de aumento de su visibilidad en la sociedad cubana actual. Por su capacidad de resistencia y su apropiación —a veces inconsciente— de los avances científico-tecnológicos que posibilitan la solución de problemas, y sin cuyos elementos, herramientas y adecuaciones hubiese perecido.

La historia demuestra que, por su función, la religión se interesa por el conocimiento. Ahora bien, desde el punto de vista teórico, hay un problema gnoseológico en toda religión: “la verdad”. Un científico se proyecta hacia ella por medio de la investigación, de la búsqueda de evidencias; un religioso, por lo general, lo hace a través de la aceptación, ya sea por tradición, cercanía, etc. El problema es que hay diferentes actitudes hacia la verdad y, por tanto, la aprehensión es a su vez distinta. Lo anterior no significa que la actitud del creyente no sea metódica, disciplinada, consciente. Solo se diferencia en el punto de partida, en el método.

3 comentarios:

  1. Para mi El aceptar un mestizo o un blanco en una potencia abakua no significa q se halla perdido el principio de origen significa q todos somos personas y no todos piensas igual por q el racismo esta por ambas partes , y dentro de una potencia en la actualidad no está el color están los hermanos o al menos eso tengo entendido . Y sea cual sea el fin para acercarce queda demostrado q ya es parte de la historia y al final todos tienen el mismo interés ser parte del culto de principios con el cual cualqier hombre a de sentirse orgulloso. Esa es mi opinión. Ser abakuas es estar orgulloso de ser hombre y Master tales principios

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  3. Buena reflexión, hermano. Somos mucho más que colores, sencillamente Humanos

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