viernes, 17 de septiembre de 2021

Timbalaye: generación y conciencia

Por: Ramón Torres/ Fotos: Cortesía Revista Timbalaye


La XIII edición del Festival Internacional Timbalaye “La Ruta de la Rumba” en Cuba ha traído replanteamientos y adecuaciones este 2021, y pese a limitaciones devenidas de la Covid’19 puede afirmarse que el género goza de una salud envidiable.

El propio eslogan “Conciencia de mis orígenes”, dice mucho del esfuerzo reivindicativo de una expresión músico-danzaria que en sus inicios resultó vilipendiada, maltratada y excluida por no pocos “puristas” que la consideraban producción de mala fama, sobre todo debido a su oriundez fundamentalmente negra.

La rumba, nacida en Cuba durante el siglo XIX, fue declarada por Unesco en noviembre de 2016 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero todavía hay quienes miran con recelo el género, debido a su sabor a tabaco, ron y solar.

De cualquier modo, el empeño del Comité Gestor ha sido recompensado: Timbalaye compartió entre el 14 y el 17 de septiembre experiencias inolvidables, algunas inéditas, que demuestran el crecimiento de la iniciativa.

Según Ulises Mora, director general y artístico del encuentro, “el objetivo de la agenda Timbalaye 2021 era crear conciencia a partir de los orígenes, con el fin de contribuir a preservar y desarrollar los patrimonios vivos para reforzar la identidad cultural y mejorar la trasmisión del valor de las expresiones de la cultura popular”.

Irma Castillo y Ulises Mora, directora artística y presidente de Timbalaye

Y mucho se ha logrado. Numerosas entidades culturales hicieron suyo el llamamiento y contribuyeron a visibilizar y divulgar el encuentro, no solo antes de su inauguración, sino durante los días de sesión.

Así mismo, las féminas cultivadoras del género defendieron con rigor inusitado ritmos y danzas rumbeadas, de lo cual se reafirmó aquella sentencia ya popular de que “Las mujeres sí cantan rumba”. Cantan y tocan, porque ahí están representantes como Obiní Batá, cuya elaborada manera de decir y hacer está despertando la admiración de muchos hombres que hasta ayer las miraban con sospecha.

Si bien no se pudo realizar este año el siempre esperado encuentro presencial, los organizadores redirigieron el programa hacia conciertos, presentaciones en vivo y sesiones teóricas que se pudieron seguir, fundamentalmente, por las redes sociales y los canales de la televisión cubana.

El saldo, aunque recolocado y contextualizado a las dinámicas que exige la actual situación epidemiológica, puede catalogarse de positivo. Por lo pronto, queda demostrado que Timbalaye se regenera y se muestra resiliente, porque llegó para quedarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario