lunes, 10 de junio de 2024

A PROPÓSITO DEL DIÁLOGO “CIVILIZATORIO”

 Por: Mongui

 Autoridades detienen a una manifestante 

Autoridades detienen a una manifestante en el campus de la Universidad Emory durante una manifestación propalestina, el jueves 25 de abril de 2024, en Atlanta.   (Mike Stewart/AP). Foto tomada de Los Ángeles Times (dominio público).

Aunque no por carecer de ello, sino respetando un objetivo declarado, Cubamafimba se resiste de pronunciamientos políticos y le interesa mejor profundizar en cómo las culturas afectan ideologías y posturas, sobre todo con énfasis en la afrodescendencia. Pero frecuentemente la propia dinámica obligan a no callar. Y así nos motiva el hecho de que un día como el 10 de junio, cuando se celebra el Día Internacional para el Diálogo entre Civilizaciones, todavía ocurran acciones tan sórdidas como las matanzas de Israel contra el pueblo palestino.

Desde hace milenios, el mundo está interconectado. Ahora parece más evidente debido al gigantesco desarrollo de la ciencia y la tecnología, pero cuando el bíblico Abrahán llegó al Canaán, ese territorio ya estaba ocupado por tribus arábigo-semíticas, quizá alguna de ellas antecesoras de los hoy resumimos como palestinos y, a no dudar, muchos judíos debieron mezclarse con aquellos.

De hecho, estudios genéticos confirman que la mayoría de palestinos son descendientes de los pueblos indígenas del Levante austral (cristianos y judíos e entre otros), por tanto israelitas y árabes comparten una ascendencia común reciente, sean judíos o musulmanes. Evidentemente, el conflicto despiadado es entonces por motivos de credo y no de “raza”, pues unos y otros son hermanos de ADN,.

La Bíblia remite a múltiples ejemplos que luego malinterpreta la sección más extremista (no todos) de los propios judíos, al pretender ser casi tan “originales” como monogenéticos. Sin embargo, se sabe que Salomón, enamorado de la reina de Saba dejó incluso un vástago, quien, se dice, hurtó el arca contentiva de las tablas de la Ley y lo llevó a su patria, Abisinia, en la actual Etiopía, donde numerosos seguidores presumen de una iglesia copta que dialoga con personas y expresiones meridionales y septentrionales.

Entonces, ninguna civilización es tan “pura” como para arrogarse el derecho de un territorio o creerse única, porque el ser humano no es “puro”, sino mezcla de diversas generaciones pasadas que les han dado un color, una religión, una cultura.

En cambio, hay quienes niegan el respeto a la diversidad y asumen posiciones fundamentalistas que los llevan al genocidio. Quizá ello impulsó a que la Asamblea General de la ONU haya declarado el 10 de junio como el Día Internacional para el Diálogo entre Civilizaciones, una manera de promover el respeto mutuo, la tolerancia y la solidaridad mundial.

La proclamación es reciente, con fecha 29 de mayo de 2024, pero constituye una llamada a la acción para fortalecer las relaciones interculturales y construir un futuro más armonioso, además de condenar acciones de desprecio, solo por pensar diferente, profesar una religión distinta u ocupar una región determinada.

Lamentablemente Israel y los Estados Unidos aparecen como paladines de lo que se critica, porque lo que está sucediendo ahora mismo en territorio palestino no tiene nada que ver con intensiones dialogales y sí de estimular más el odio y rencor, aunque vengan de generaciones pasadas.

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