Por: Ramón Torres
Que la religión es una de las expresiones de la conciencia social necesitada de miradas múltiples, profundas y dialogales, quedó demostrado durante los recientes días de sesión del X Encuentro Internacional de Estudios Sociorreligiosos, ya habitual cada tres años desde que se dieran cita por primera vez en el Centro de Prensa Internacional aquel mes de julio de 1992 investigadores, estudiosos, practicantes e interesados en el tema.
El saldo no ofrece lugar a dudas: hubo opiniones encontradas, criterios divergentes, razonamientos apasionados, pero los asistentes todos defendían la necesidad de puentes discursivos como recurso para, también desde la religión, defender la identidad y el sentido de pertenencia, que es lo mismo que defender la nación.
Es preciso reconocer la capacidad aglutinadora del MsC. Yunier de la Rúa, jefe del Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR), del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), y de su directora Ileana Hodge Limonta, quienes lograron colocar en un mismo espacio, bajo una cultura de respeto y entendimiento, a representantes de expresiones religiosas diversas como católicos, protestantes, orientalistas, científicos y funcionarios de altas esferas del Estado y el Gobierno cubanos, así como participantes extranjeros, en defensa de una humanidad diversa y única al mismo tiempo.
La capacidad aglutinadora de Ileana y Yunier , Directora del CIPS y jefe del DERS, respectivamente, quedó demostrada en el evento
Atención especial cobró el análisis de conductas fundamentalistas dentro de la religión, cuyas posiciones ortodoxas limitan la plena realización humana, toda vez que suelen favorecer actitudes individualistas y excluyentes, de irrespeto a la otredad o, cuando menos, considerando sus propuestas como “la opción”, desconociendo soberanamente la existencia de múltiples espiritualidades, donde caben —incluso— las no religiosas.
Investigadores, religiosos o no, dirigentes estatales, se dieron cita en una ambiente dialogal de respeto
El fenómeno religioso, cuando es tan diverso como se presenta en el caso de Cuba, con una constitución de proyección laica, lejos de presentarse como freno, abre puertas al reconocimiento de una cultura de respeto cuando se le mira sin raseros de superioridad y se le permite a cada cual mostrarse tal cual es, en un franco escenario de paz. Ese ha sido el clima que ponderó entre el 12 y el 15 de julio de 2022, durante el cónclave del DERS. Se ha dicho.
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