viernes, 13 de mayo de 2022

Abakuá: un acto de filantropía

 Por: Mongui

 

Miembros de potencias abakuá en áreas del Consejo de la Administración Municipal de La Habana Vieja en el momento de la donación

Una vez más se muestran los abakuá cubanos sorprendentes. Lo curioso: no quieren congraciarse con nadie, lo que hacen es producto de la espontaneidad y de una proyección humanista, aunque históricamente se les haya tratado de insensibles, salvajes, despiadados. A decir verdad, casi siempre se les ha deshumanizado.

Sin embargo, miembros de la Fraternidad en la provincia de La Habana desarrollaron una iniciativa más allá de cualquier pronóstico. Resulta que, sensibilizados con los damnificados tras el pasado accidente del hotel Saratoga, decidieron mostrar solidaridad y hacer un aporte decisivo en dinero y especie.

Entre la modesta pero sentida contribución colectiva figuraron tubos de pasta dental, desodorantes, champú, suavizador, jabones de baño, detergente y, para los niños y niñas, muñequitos de peluche, prendas de vestir, gorras y medias, por mencionar los más significativos.

El Buró Provincial Abakuá expresa su orgullo al conocer sobre la conmovedora gestión de 48 miembros de la entidad que estamparon su firma en representación de diversas potencias, quienes se presentaron en el Consejo de la Administración Municipal de La Habana Vieja, adonde pertenece el hotel víctima del siniestro, para interesarse por los familiares y afectados, todo esto sin hacer campaña de ninguna índole, aunque sin perder la ternura.

Los ñáñigos, como son conocidos desde tiempos de la colonia estos miembros de la Sociedad Abakuá, desmontan una vez más el mito de altaneros y faltos de filantropía, y se descubren colaborativos con el prójimo y parte de una sociedad mayor a la que adoran sin reparos: la sociedad cubana, independientemente de posturas ideológicas que, como entidad sociorreligiosa, cuida de no intervenir.

2 comentarios:

  1. Ser ñañigo no es moda como algunos piensan . Es ser hombre en su máxima represión. Ahí está el acto de muchos hombres los cuales merecen el respeto máximo no por ser ñañigos solamente sino por actuar de tal manera y puramente

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    1. Así es, amigo. Por suerte, la visión está cambiando y ya no es tan estereotipada como antaño. Pero todavía no se llega al corolario

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