Por: Mongui
El Alacrán, comparsa insigne del Cerro y la más vieja de Cuba
Esto no es autoetnografía, pero pudiera parecerlo, pues sucede que, si bien no soy nativo del capitalino municipio del Cerro, lo cierto es que mi primaria y secundaria transcurrieron en escuelas de ese entorno: la Nguyen Van Troi (antigua Gabriela Mistral) y la Antonio Maceo, respectivamente (sede de la otrora Escuela Normal de La Habana); o sea, puedo considerarme en parte muy cerrano.
Si a ello le sumamos que con solo cruzar la calzada de Manglar, hacia el sur, o la de Infanta hacia el oeste, ya estoy en El Cerro, puede comprenderse muy fácil que la división entre donde vivo y nací, aunque se inscribe en Centro Habana, está permeado de amigos, compañeros, recordadas noviecitas que pertenecen al otro lado, allí donde se dice que se tiene la llave de la capital.
Carnavaleando se sumó para celebrar también
Por eso me sentí tan identificado este 2 de mayo, cuando me invitaron a participar como pueblo (ni siquiera se trataba de un compromiso profesional) en la semana de la cultura del territorio, que hasta el día 8 celebra su edición 46.
El municipio cumple 436 añitos desde el momento de su asentamiento, y se esfuerza por mostrar lo más relevante y significativo de las tradiciones que atesora. Y yo, que desde fiñe guaraché en el patio de Castillo y San Ramón durante los ensayos de Los Marqueses de Atarés, bajo la batuta de Víctor Herrera, Ekueñón de la potencia abakuá Isún Efó, o compartía un “buche” con cualquiera de mis contemporáneos de estudios, me sentí como en casa.
La Colmenita se lució igual
El pasacalles por la emblemática Calzada del Cerro, donde compartieron espacio pequeñines de La Colmenita, la compañía Carnavaleando, el proyecto sociocultural Escuela Karabalí y, por supuesto, la más antigua de las comparsas cubanas, El Alacrán, puso a gozar a más de uno durante gran parte de la tarde.
Ese aroma popular resulta siempre imposible de describir, por mucho que numerosísimos académicos han intentado reflejarlo. Son experiencias que solo viviéndolas uno logra captar su verdadera esencia, energía y atractivo, porque hay movimientos desde abajo únicos e irrepetibles como los que produce el pueblo, sin que sean menor que cualquier producción estética visiblemente elaborada.
Diversión para todas las edades en esta semana cultural
Para quienes tienen sensibilidad suficiente, saben que no miento, y coincidirán conmigo de que la semana 46 de la cultura municipal confirmará una vez más que El Cerro sigue teniendo la llave.