El
6 de agosto de 1906 un poblado del actual municipio de La Habana del Este, sin
marcada tradición abakuá vio nacer, sin embargo, un juego o entidad en situación poco común:
Endibó Efó.
Los
vínculos entre el pueblo de Guanabacoa y Cojímar datan desde la misma fundación
de la Villa guanabacoense,
el 12 de junio de 1554, pues en el acta correspondiente se hace constar no solo
el sitio para su establecimiento, sino también la extensión territorial aledaña
que incluía el carenero de Cojímar, cuya población se confirma desde mediados
del siglo XVI.
Aunque
en realidad Cojímar nunca fue decretado oficialmente, se ha tomado como su fecha
de nacimiento el 15 de julio de 1649, y ya a la altura de 1813 aparecen allí los
primeros comercios y balnearios que se convirtieron en la playa preferida para
los habitantes de La Habana
intra y extramuros, Guanabacoa y Regla.
La
construcción de la carretera que enlazó la Villa de Guanabacoa con Cojímar y una ermita
católica bajo la advocación de Nuestra Señora del Monte del Carmelo (Virgen del
Carmen) en 1879, motivó a familias acomodadas de Guanabacoa a construir casas
para veranear en Cojímar y la edificación de varios hoteles en el pueblo, cuya
condición de playa se mantuvo hasta mediados de la década de 1940.
Desde
los primeros tiempos, en Cojímar se asentaron pescadores humildes, pero nunca
excedieron el medio centenar, que se dedicaba en su inmensa mayoría a la venta
del producto de su faena generalmente a las personas acomodadas en placenteras
mansiones coloniales del sitio que constituye hoy su centro histórico.
En
1836, durante el Gobierno del General don Miguel de Tacón, cuando el poblado de
Cojímar era aún emergente, en un sitio cercano, Regla, con asentamientos de
esclavos y libertos que buscaban en las labores portuarias el mísero sustento,
al amparo del Cabildo Brícamo Apapá Efí nace Efí Butón, hecho que a criterio de
la mayoría de estudiosos marca el nacimiento de la Sociedad Abakuá en Cuba, la cual
va expandiéndose luego paulatinamente. El 6 de enero de 1940 el Arco de Belén
es testigo de la fundación de otro juego,
Efori Enkomó, fuente de patrocinio en esta rama.
El
Abakuá fue creciendo en La Habana entre negros y mulatos criollos, hasta que Andrés
Petit
(Isué de Eñon Bakokó Aguana Mokoko Efó, de
Belén) a pesar de la resistencia de muchos miembros de esta hermandad, juró en
su juego a los primeros
blancos en 1857. El 24 de diciembre de 1863 tuvo lugar en la calle Ancha del
Norte (actual San Lázaro) número 115, entre Galiano y San Nicolás, la
consagración de las 13 plazas del primer juego
de blancos, Okobio Mukarará, que luego creó, en 1875, el juego Ecoria
Efó No. 1 (Età), Abakuá Efó en Regla y en 1880 Ecoria Efó No. 2 (Taibá) en
Egido número 67.
El
21 de agosto de 1876 el Decreto del Gobernador General había ya declarado
prohibidas completamente las reuniones de los abakuá, a quienes les llamaban
ñáñigos. Más tarde, en la respuesta de la policía a un oficio del Juez de
Primera Instancia del Distrito de Jesús María de fecha 22 de diciembre de 1884
se ratificaba la ilegalidad de la organización. Adicionado al hecho de su ya
declarada ilegalidad, el Gobernador General dispuso que se aplicara a los
ñáñigos la Ley
del Bandolerismo de 8 de enero de 1877, extensiva a Cuba por Real decreto de 17
de octubre de 1879, legislación que dio lugar a una tenaz persecución contra
los Abakuá, quienes, al ser descubiertos en sus actividades litúrgicas eran
procesados, juzgados y deportados a Chafarinas y Fernando Poo, entre otros
lugares del entonces imperio español.
Una
vez instaurada la República
mediatizada, estas sociedades reinician de a poco sus actividades, a pesar de
que seguían siendo marginadas y estigmatizadas, en dependencia del gobierno de
turno.
Desde
los comicios en 1902 el gobierno de Tomás
Estrada Palma se caracterizó por responder a los intereses de las clases
conservadoras, las cuales abogaban por no hacer caso a los problemas básicos
del país.
En
esta situación se llega al año 1906,
cuando se realizarían nuevamente las elecciones para el presidente de la República,
y Tomás Estrada Palma, bajo su filosofía de conservador, se preparaba para su
reelección. En consecuencia, los del Partido Liberal, que habían postulado a
José Miguel Gómez, no vieron otra opción que irse a la insurrección armada y
así se da comienzo a los sucesos conocidos como la Guerrita de Agosto de 1906.
El
empeoramiento progresivo de la situación llevó a que empezaran a ocurrir los
primeros alzamientos armados. En respuesta a las acciones realizadas, el
gobierno inmediatamente mandó a apresar a José Miguel Gómez y otros líderes
liberales. Es dentro de este escenario cuando la guardia rural asesinó a
machetazos al general Quintín
Bandera en la finca "El Garro", cerca de Arroyo Arenas, uno de
los más aguerridos jefes de las guerras de independencia, tomando represalia
además contra cualquier intento de alzamiento armado, En
esa época, y como muestra también de rebeldía, se gestaba la constituciòn del
juego ENDIBÓ EFÓ.
El
nacimiento de ENDIBÓ EFÓ en La
Cueva del Gato, Cojímar, evidencia que, además de los sitios
donde históricamente ha existido la tradición de Abakuá, es ésta una
manifestación de nuestra identidad nacional que trasciende límites geográficos
de la capital, mostrándose en otros espacios donde no encontró en su momento
las circunstancias propicias para desarrollarse, pero que tampoco escaparon a
su influjo.
Conversando
con Roberto el Endibó
Roberto el Endibó, que así lo conocen en el universo
abakuá, es uno de los más
prestigiosos jerarcas de esa agrupación religioso mutualista en La Habana.
Desde su cargo de Ekueñón en su juego, y su sabiduría popular, nos narra las
peripecias para formar su entidad, hace más de un siglo.
Este juego inicialmente
se iba a sacar en La Habana, específicamente en lo que en aquel entonces era el
barrio de Colón, pero debido a la difícil situación social imperante, se decide
que el lugar debía ser oscuro y secreto para no llamar la atención, en un
momento de tanta efervescencia.
En la
búsqueda del lugar idóneo aparece LA CUEVA
DEL GATO, en Cojímar, que no solo reunía las características
anteriores, sino que además, asombrosamente, ofrecía la topografía ideal para
un evento de esta naturaleza, con formaciones de rocas que semejaban altares
naturales y satisfacían otras necesidades litúrgicas para el baroco ninyao.
Así nace en
este sitio, el 6 de agosto de 1906, bajo el auspicio de Ecoria Efó Taibá, ENDIBÓ
EFÓ, conformado por obonecues de Ecoria Efó
Taibá y solo dos de Mutanga, otro juego fundado el año 1863.
En este
proceso tuvo un papel protagónico Manuel Fernández Blanco, Plaza de Ecoria Efó
Taibá, considerado por sus ecobios como un “blanco sabio”, quien falleció el 21
de noviembre de 1951.
Pero era necesario en este entorno, una vez
realizado el baroco, transportar los instrumentos para Guanabacoa, por lo que
se buscó la ayuda de un carretonero, quien realizó ese traslado de noche y con
extremo sigilo, acción que le valió para que fuera consagrado como plaza, es
decir, con una jerarquía dentro del juego que se estaba formando.
El 6 de enero de 1907 planta por primera vez ENDIBÓ
EFÓ en Santa Ana y Cruz Verde, lugar conocido como el Solar de los Catalanes;
luego el segundo plante se realiza en Cruz Verde 29, sitio donde celebraron
ceremonias muchas tierras en Guanabacoa; más tarde continúan plantando en diferentes
lugares de esta localidad como Gloria 13; Corrales y División; también al
doblar de esta esquina, en División esquina a Corrales; en Delicias y Obispo,
residencia de Pineda, y ya en 1944 se establece de manera definitiva en San
Joaquín 375. Ese año un fuerte ciclón arrasa el templo, que en aquel momento
estaba construido a la entrada del terreno. Entonces se reconstruyó al fondo,
donde se encuentra en la actualidad, tras su inauguración el 6 de agosto de
1948.
Han
pasado 70 años desde que construyeron el actual templo de Endibó en Guanabacoa,
pero todos sus miembros recuerdan con cariño que fue la Cueva del Gato, en
Cojimar, el 6 de agosto de 1906, donde nació aquella centenaria potencia.
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