Por:
Ramón Torres
La
actividad científica de la Fundación Fernando Ortiz le ha acreditado desde hace
mucho como una de las instituciones de mayor prestigio en el país por su accionar
en el rescate de las tradiciones contribuyentes a la identidad nacional.
Y en
ese bregar, tuvo a bien la presentación de dos ejemplares indispensables para
los interesados en acercarse, desde la antropología, a las raíces que conforman
la cubanía.
Esta
vez el Museo Casa de África de la Oficina del Historiador de la ciudad de La
Habana sirvió como sede para divulgar el libro “Los negros esclavos”, escrito
hace más de cien años por el ilustre Ortiz, pero con una total vigencia para
entender el impacto de la trata negrera en Cuba, el proceso de travesía
trasatlántica, las principales etnias que participaron en el mestizaje y la
huella heredada de África.
La
esclavitud con sus horrores, abordado en veintitrés capítulos, su historia,
enfermedades, suicidios, enriquecimiento de armadores, el trabajo esclavo tanto
urbano como rural, leyes, documentos, proyectos y decretos sobre la abolición
del comercio clandestino, todo ello lo incluye el volumen, abarcador e
instructivo.
De
igual forma, otro material se puso en manos del público: la última edición de
la revista “Catauro”, que la mencionada Fundación promueve, y en su edición
33-34 recorre aspectos de la comunicación cultural en el Calabar y el legado
escrito entre los abakuá cubanos; el debate sobre si la santería es un fenómeno
africano, cubano o afrocubano; la ética del sacerdocio de Ifá; y el estado de
posesión en la Regla de Ocha o Santería, entre otros textos de interés.
Según
reza en el número cero de esa publicación, “Catauro ha sido concebida
fundamentalmente para el estudio de la vida cubana, sus entornos menos
conocidos, el imaginario cotidiano y la cultura popular.
“El
título, tomado del libro Catauro de cubanismos, constituye un homenaje al
quehacer científico de Fernando Ortiz. Un catauro, envase para acarrear
diversos elementos como indica su nombre aborigen, nos servirá para atesorar el
acervo de nuestra cultura nacional, caribeña y latinoamericana”.
Con
estas dos entregas, se beneficiará el lector, y contribuirá, sin dudas, al
conocimiento de nuestro crisol cultural. Sean, entonces, bienvenidos ambos
títulos.
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