Heriberto Feraudy Espino
Una historia todavía desconocida por
muchos.
Tal
vez esté equivocado, pero es la percepción que tengo hasta ahora. Y es que si salgo a la calle y
pregunto a alguien ¿Cuándo comenzaron
nuestras luchas por la independencia? la respuesta segura sería: En el 1868.
Así ha sucedido a casi a todo lo largo de nuestra historia, salvo ligera
excepciones. Y no es para menos.
En
esa respuesta están involucrados historiadores, políticos, maestros, letrados y
no letrados, libros y documentos oficiales, medios masivos de comunicación,
organizaciones, instituciones. La lista sería larga. Y entonces yo me pregunto
¿y de las raíces qué? ¿Es qué la raíz no cuenta? ¿Es qué podría existir u árbol
sin raíz? Sin la salvia que le da la vida?
Dice un viejo proverbio africano que “El que
se aparte de sus raíces, niega su existencia” y otro bastante conocido
subraya “Si queremos conocer adónde
vamos debemos, ante todo, conocer de dónde venimos”.
No
hay que estar muy preparado, como decían
en mi pueblo, para saber que casi
siempre que se habla de la Historia de Cuba todo comenzó con la guerra de octubre del 68. Es como si todo lo
anterior no interesara o importara.
Hoy
cuando se conmemoran los 500 años de La Habana y el 150 de nuestras luchas por
la independencia quiero referirme a cómo destacados intelectuales se han
referido a uno de los más significativos episodio de nuestra historia: La
Conspiración de Aponte y a su líder e inspirador Jose Antonio Aponte y Ulabarra.
A cerca de la
Conspiración:
Eduardo Torres –Cuevas Presidente de la
Academia de Historia de Cuba la califica como: La primera conspiración independentista y de trasformación social cubana.
Armando
Entralgo: Primer movimiento a la par abolicionista e
independentista de Cuba, casi al despertar el siglo XIX.
Walterio
Carbonell: Conspiración que de haber triunfado nos hubiera ahorrado casi un siglo
de colonialismo y de incultura,
Elías Entralgo: Lo más admirable de esta
conspiración fue su poder aglutinante. Logró que cesaran las pugnas entre las
varias sub-razas africanas, pugnas atizadas en la superficie por los
contramayorales —seleccionados ex profeso para colocarlos al mando de la
sub-raza opuesta— y en el fondo por el interés divisor de los amos. Confundió a
los negros esclavos con los libres. Acercó los mulatos a los negros. Sacó de
sus casillas a los chinos. Contó con los blancos como dirigidos y como
dirigentes. Infiltró entusiasmo político y calidez de inquietud en las mujeres.
Congregó a individuos de los más diversos oficios. Zapateros, caleseros,
macheteros, carboneros, bagaseros, talabarteros, cargadores de cañas, bueyeros,
carpinteros, campaneros… Lo trascendente de todo eso es que traspasa los
límites de una insurrección anti-factoril para ampliarse con las dimensiones
precursoras de la revolución patriótica y nacional.
Félix
Julio Alfonso López: Un vasto movimiento de negros libres y
esclavos por toda la Isla, cuyas ramificaciones llegaron hasta Remedios, Puerto
Príncipe, Bayamo, Jiguaní, Holguín y Baracoa.
Felipe
Pérez: En tanto conspiración, la organizada por Aponte resultó ser la más
basta articulación popular revolucionaria de la primera mitad del siglo XIX. Y
es genuino que hoy la subrayemos categorizándola como movimiento
revolucionario, por su profunda articulación de masas, alrededor del eje de la
abolición, los derechos de los libertos y la independencia.
Matt
Chailds: El mayor legado de la rebelión de Aponte consiste en
su habilidad para imaginar un mundo mejor y el coraje para tratar de
materializar ese sueño sin importar los riesgos.
Ernesto
Limia: Los hombres que inauguraron el martirologio de la independencia cubana
en el siglo xix.
Matt Childs. Los
campos de batalla de la rebelión de Aponte se extendieron de este a oeste por
sobre los 800 kilómetros, lo que la convierte en una de las insurrecciones de mayor extensión territorial en América.
Acerca de José Antonio
Aponte:
José
Martí: ¿Qué se sabía del negro
conspirador Aponte, muerto en 1812, con ocho de sus compañeros? Vivía en la
calle de Jesús Peregrino.
Juan
Arnao. El primer cubano que soñó la bella inspiración de rebelarse contra la dominación española de un modo práctico.
Walterio
Carbonell: El primer gran batallador por la nacionalidad sin esclavitud ni
coloniaje.
Nicolás
Guillén Con Aponte, se comenzó a fraguar la emancipación cubana.
Ernesto
Limia: Precursor de la independencia nacional cubana.
Felipe
de J. Pérez Cruz: Aponte: Primer intelectual orgánico del movimiento revolucionario
popular.
Gloria
García. La figura de José Antonio Aponte emerge por su singularidad, pues es el
único caso conocido en que un conspirador de estos grupos sociales dota a su
movimiento de un elaborado fundamento intelectual.
Mildred de la Torre. El
gran mérito de Aponte consistió en incorporar a la rebeldía popular la lucha
por la independencia y la abolición de la esclavitud
Juan René Betancourt:
“Jose
Antoni Aponte, mártir y héroe negro negado y olvidado.
Angel
Augier: Un
precursor de la revolución de 1959.
Dra. María del Carmen Barcia: Aquellos que lo condenaron, que criminalizaron sus
acciones y trataron de convertirlo en un ser diabólico, no pudieron borrar el
relato de su proceder, y paradójicamente lo transmutaron en un símbolo que
trascendió a su época. Esto es lo que ocurre con los mártires y con los héroes
Fernando Martinez
Heredia: Pero, finalmente, la solución más eficaz no era satanizar a Aponte y
sus compañeros: era ocultarlos, borrarlos de la historia, someterlos al olvido.
La dominación de clase tiene sus leyes férreas, aunque puede vestirse de seda.
Zuleica Romay Guerra: “Hay que revivirlo y hacerle
caminar por las calles de esta Habana donde conspiró y creó, para evitar que el
olvido se convierta en antinomia”
…estos pioneros, tienen sus monumentos, aunque no los tengan de piedra
ni mármol ni bronce. Esos monumentos son las revoluciones, y los
revolucionarios. Fernando Martínez Heredia.
No desearía concluir estas notas, sin antes
reproducir unas letras que recientemente recibí de mi dulce amiga Georgina
Herrera
…hay que
apurarse, quedan muchas cosas olvidadas ocultas a propósito, no sé, no me gusta
ser mal pensada, pero...mira, yo tengo guardado por ahí a modo de exergo, dos
fragmentos de dos grandes pensadores africanos. Uno es Dui Du Die y el otro
Elly Weser. Uno dice que "El verdugo mata dos veces, la segunda vez con el
silencio" Esa es la muerte verdadera, el silencio que aún queda en muchas
cosas y eso no ayuda ni pude justificarse. El otro párrafo dice que "De lo
que se trata es de desencadenar la memoria, pues toda verdad no asumida, reaparece
en forma lamentable”.
Te digo
que me levanté
llorando por rabia, porque me puse a repasar verdades no asumidas que
historiadores más que premiados y por lo tanto saben más que yo de ello, no
hablan y hacerlo sería adelantar tiempo y espacio en lo que más tarde o más
temprano, tiene que suceder, aunque tú y yo no lo veamos: No la justicia como
sueño y trabajo arduo, sino como realidad. Te quiero mucho. Yoya.
Duru Die: Un día tras del otro.
Fuentes:
Diccionario Pensamiento
Martiano. Ramiro Valdés Galarraga. Editorial Ciencias Sociales, 2007
Juan Arnao: Páginas para
la Historia Política de la Isla de Cuba. Brooklyn, 1877.
José Luciano Franco. La
conspiración de Aponte. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 2006.
Eduardo
Torres-Cuevas. Diario Granma en el Bicentenario de la Conspiración de Aponte. Un
conspirador de ébano en tiempos de tormentas.
Armando Entralgo. Libro
inédito.
Elias Entralgo. Conferencia leída en el club
Atenas de La Habana el 23 de abril de 1942
Walterio
Carbonell, Cómo surgió la cultura nacional, La Habana, Ediciones Bachiller,
2005
Matt
D. Childs. La rebelión de Aponte de 1812 en Cuba y la lucha contra la
esclavitud atlántica. Editorial Oriente, Santiago de Cuba. 2011.
Gloria García. Prólogo al libro de Matt D. Childs.
Angel Augiera: “Jose Antoni Aponte y la conspiración de 1812, Revista
Bohemia 1962, en el 150 aniversario del
movimiento de Aponte.
Juan René Betancourt: “Jose Antoni Aponte, mártir y héroe negro negado y
olvidado. Matt. Chailds.
Dossier
Aponte inédito.
Mildred de la Torre, “Las ideas sobre la esclavitud
(1790 y 1878)”, en: La esclavitud en Cuba, La Habana, Editorial Academia, 1986.
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