Por: Ramón Torres
Si me pidieran sugerir un proyecto que por su
contagio y “frescura” acusa la diversidad cultural de nuestra juventud, no lo
pensaría dos veces: la Fábrica de Arte Cubano (FAC) tiene notorias posibilidades
de colocarse en el medallero.
Próximo a cumplir el aniversario V, la
entidad alberga un conjunto de propuestas que van desde variadísimas
presentaciones artísticas hasta concursos de carteles, fotografía, danza y
dramaturgia.
El proyecto fue creado por el artista
multidisciplinario X Alfonso, y consiste en un gran laboratorio de creación que
expone lo mejor del arte contemporáneo de Cuba, con un marcado enfoque social y
comunitario.
Miembros del proyecto durante una conferencia de prensa |
Su sede, en el capitalino barrio del Vedado, descansa
en la otrora fábrica de aceite El Cocinero, que cedió el Ministerio de la
Industria Alimentaria a su homólogo de Cultura, otorgándosele entonces al
Centro Nacional de Música Popular.
FAC tiene el privilegio de figurar como única
experiencia de su tipo en la Isla por lo heterogénea, pues apoya, rescata y
promueve la obra de artistas de cine, música, danza, teatro, artes plásticas,
fotografía, moda, diseño gráfico y arquitectura.
Cinco años es poco (y mucho), depende de cómo
se mire y de cuánto se haya realizado, pero el solo hecho de conocer que FAC no
ha recibido ningún tipo de subvención, ni cubana ni extranjera, y que todo
cuanto existe actualmente es resultado del esfuerzo personal de X Alfonso y los
artistas que integran el proyecto, evidentemente lo acreditan como un centro
cultural autofinanciado y sostenible de primera línea.
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