Silfredo (al micrófono), se dirige a los participantes |
La
Feria Internacional del Libro asaltó esta semana diferentes provincias cubanas,
entre las que figuraron Camagüey, Cienfuegos, Matanzas y Pinar del Río.
El
último territorio, antaño considerado la Cenicienta de Cuba, emerge cual
popular cuento infantil y sorprende con una tradición literaria asombrosa, donde
los autores producen narrativas para todas las edades.
Como
parte de las actividades, el café literario La esquinita, donde suele reunirse
cada noche de miércoles un heterogéneo público, extendió sus presentaciones
durante el tiempo de la jornada y continúa con su popular Tendedera, que coloca
a la altura de un cordel distintos títulos para que, al final, los
participantes puedan tomar el de su preferencia sin costo alguno.
Esta Feria está dedicada al escritor Eduardo Heras León |
Tras
la inauguración el martes 6 en el Teatro Milanés y hasta el domingo 10 de
marzo, Pinar pudo mostrar cuánto crece en materia artística, especialmente
porque la Editorial Loynaz ha asumido un conjunto numeroso de publicaciones
correspondientes a esa región.
Precisamente
del sello Loynaz es el texto “Huella africana en Vueltabajo”, que coordinado
por el Doctor en Ciencias Silfredo Rodríguez Basso aborda interesantísimos y
poco conocidos detalles del aporte de las culturas negras en la provincia, y que
bien pudieran extenderse en un sentido macro, como parte de su impacto a nivel
nacional.
La
biblioteca provincial Ramón González Coro, la librería Ateneo, la Asociación
Hermanos Saíz, el Tribunal Provincial, varias escuelas de diferentes niveles de
enseñanza, la fábrica de Tabacos y el Centro Penitenciario Kilo 5, se
convirtieron también en espacios para reflexionar, intercambiar y disfrutar de
la literatura en Vueltabajo.
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