lunes, 17 de junio de 2024

CONTRA EL DISCURSO DEL ODIO

 Por: Mongui

 

Todavía no hace un mes, nos llegó a través del grupo whatsapp del Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR) del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) un ejemplar intitulado Mensajes de Odio y Discriminación en las Redes Sociales, que mi amigo de mil batallas, Yunier de la Rúa, compartió para mantenernos actualizados desde México, donde avanza sus cursos de superación doctoral.

Resulta de interés cómo todavía se hacen distinciones entre las proyecciones del universo digital y el otro (ese que queda fuera), cuando uno y otro forman parte de la misma realidad, solo que aprovechando plataformas diferentes. Es lo único que a mi juicio resiente la presentación del libro, porque lo demás: la perspectiva de alerta y el modo cómo lo aborda son meritorios.

“La frontera que divide el mundo virtual del mundo real es cada vez más intangible y desdibujada”, nos dice Ricardo Bucio Mujica al iniciar el segundo párrafo de la página 7; pero, insisto, se trata de un mismo mundo, donde es tan real la narrativa asumida dentro de las redes sociales, como lo divulgado por periódicos en su versión tradicional, revistas, boletines, libros, folletos, etc.

Sin embargo, lo importante de Mensajes de Odio y Discriminación en las Redes Sociales  es su valoración sobre el tema peyorativo que promueve una minoría privilegiada respecto a otros sectores sociales subalternos. Ante la dicotomía “Libertad de expresión” y “Derecho a la no discriminación”, el libro recoge la opinión de varios actores y autores disciplinares en un debate enriquecedor que sugiere propuestas educativas respetuosas y anti excluyentes.

Ello viene a tono con la promulgación del Día Internacional para Contrarrestar el Discurso del Odio, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que desde el mes de julio de 2021 estimula el diálogo y la aceptación interreligiosa e intercultural, para eliminar el alineaciones en los discursos de diversa índole.

Aunque, de acuerdo con pesquisas del propio DESR, en Cuba pondera una religiosidad popular, no todas las expresiones han gozado de similar tratamiento y, si bien el Estado cubano sostiene una proyección laica y la Constitución insiste en considerar por igual a todas las religiones, lo cierto es que cada una ha recorrido un itinerario diferente que afecta el imaginario colectivo.

 

Así, una procesión como la de la Caridad del Cobre o actividades vinculadas con el cristianismo, por ejemplo, han tenido la cobertura mediática y el tratamiento diferenciado que pocas veces se destina a prácticas de matriz africana, de amplio arraigo en la población, pero consideradas “cosa de negros” aún cuando hoy día cuentan con una numerosa membrecía de personas blancas.

 

El tratamiento desigual puede generar fisuras e incluso posiciones intolerantes. Pensemos, más que un Día Internacional para Contrarrestar el Discurso del Odio, extenderlo a jornada diaria, de manera que se convierta en práctica cotidiana hacia una cultura de respeto, de justicia y el ejercicio de la paz.